¿Con qué frecuencia te sientes estresado, ansioso o preocupado por algo o alguien? No sé ustedes, pero por mi parte, no me pidan que conteste, porque mis respuestas pueden ser abrumadoras. Soy una angustiada profesional. Soy la clásica, "nadie en mi casa se preocupa por nada, porque saben que yo me voy a preocupar por todo así que ellos no tienen que gastar energías en eso" tipo de chica. Siempre he estado avergonzada de decir que soy un angustiada profesional. Esa realidad sobre mi personalidad no dice nada bueno sobre mi espiritualidad. Recordemos lo que dice en Mateo 7: 16-20, especialmente los versículos 20-21, donde Jesús mismo afirmó
Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los conocerán.
Los frutos ... allí es donde siempre me tropiezo ... ¿recuerdan? Gálatas 5: 22-23:
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.
Me temo que el terreno disponible en mi alma para crecer tales frutos no es el más fértil ... Pero tengo que confiar en que El Espíruto Santo, Jardinero Divino de mi Alma, es capaz de hacer lo que dice que hará. Y una de las cosas maravillosas que ha dicho es:
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana Mateo 11: 28-30..
“Vengan a Mí, todos los que están cansados[a] y cargados, y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallaran descanso para sus almas. Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera.”
Confío en que si yo voy a Él, Él, a su vez viene a mi rescate cada vez que mi corazón se llena de miedo y mis hombros se rompen bajo el pesado yugo del mundo. Él nos dice que no tengamos miedo, que valemos más de gorriones y que busquemos refugio en sus amorosos brazos (Mateo 10: 31) y así lo haré.
Es por eso que hoy resuelvo meditar intencionalmente en los frutos del Espírito. Voy a examinarlos desde el punto de vista de una mujer agotada que lucha contra la ansiedad. Voy a mirarlos uno a uno y ver cómo crecen, consciente de que este crecimiento no es un proceso rápido. Por el contrario, es un proceso lento y demorado, al igual que nuestros jardines en la primavera y el verano. El jardinero de nuestras Almas planta las semillas y se necesita mucho tiempo para verlas brotar. Sin embargo, a diferencia de las semillas que no son conscientes de lo que les está pasando, el proceso de crecimiento en nosotros se realiza mientras estamos plenamente conscientes de lo que está sucediendo. Es una empresa intencional, y hay que estar al tanto en el procedimiento.
Como sabemos, en los lugares en los cuales las cuatro estaciones del año se despliegan claramente como ciclo perenne, en el otoño se celebra la época de la cosecha. Pues, ya que pronto nos adentraremos a esta estación es mi intención conmemorar Los Frutos del Espírito en esta ocasión. Es mi intención descubrir al Espíritu Santo en medio de su trabajo en el jardín interior de mi corazón en los eventos mundanos del día, en la simplicidad de mi humilde vida.
Día a día presentaré mis meditaciones personales en estas páginas virtuales y es mi oración que mis palabras les animarán a echar un vistazo a sus almas también, y que mis palabras los inspiren a embarcarse en sus propios viajes personales. Oro entonces para que puedan ustedes caminar con esta mujer agotada para que juntas podamos ver las maravillas de nuestro Señor. Que el Espíritu Santo ilumine nuestras sendas dondequiera que nos lleve.
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