miércoles, 24 de septiembre de 2014

¿Quién Dices Tú que es Él?



Y tú, ¿quién dices, tú que Él es?

La pregunta que todo hijo de Dios, que todo cristiano tiene que responder como base fundamental de su fe en Cristo es, precisamente, ¿quién es Jesús?

Antes de arriesgarnos a la evangelización, antes de lanzarnos de cabeza en las aguas turbulentas de una misión, antes de tratar nuestras habilidades de persuasión para atraer a otros hacia la senda de la cristiandad, nos es necesario poder contestar, ¿quién es Jesús?

Atender a su llamado es dar el primer paso hacia una vida dedicada a descubrir quién es nuestro Salvador. Explorar la identidad de Cristo es nuestra primera y más importante comisión. De nuestra respuesta dependerá nuestro servicio.

Pero, ¿cómo definir quién es Jesús?

La única forma de conocerlo es a través de su propia revelación. Nadie puede conocerlo si Él primero no se da a conocer. Él mismo nos mueve a abrir la puerta a la que Él mismo toca, para que pueda Él mismo entrar. De allí, una vez que se realiza el milagro de Cristo en nosotros, nos toca entonces iniciar el caminar que nos llevará hasta su corazón. Ese camino es únicamente posible seguirlo sin perdernos guiados por la luz del Espíritu Santo y por el Verbo mismo que es Él en la Palabra.

En el principio ya existía el *Verbo,
y el Verbo estaba con Dios,
y el Verbo era Dios.
Él estaba con Dios en el principio.
Por medio de él todas las cosas fueron creadas;
sin él, nada de lo creado llegó a existir.
En él estaba la vida,
y la vida era la luz de la *humanidad. Juan 1: 1-4

La Biblia es pues no solo la brújula que nos señala el camino, sino que es el camino mismo que es Él. Leer la Palabra se convierte en acto de comunión con Jesús, en visita entre amigos que conduce a conocerlo mejor.

Es así como desciframos nuestra respuesta, al familiarizarnos con el Cristo verdadero, reconocemos a los impostores y descubrimos al Cristo real, verdadero Dios y verdadero hombre, junto con El Espíritu, La Santísima Trinidad.

Cuando llegó a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

—¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?

Le respondieron:

—Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas.

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

—Tú eres el *Cristo, el Hijo del Dios viviente

Mateo 16: 13-16

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