jueves, 18 de diciembre de 2014

Profesías del Nacimiento de Cristo


Pero tú, Belén (Casa del Pan) Efrata,
Aunque eres pequeña entre las familias de Judá,
De ti Me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel.
Y sus orígenes son desde tiempos antiguos,
Desde los días de la eternidad. Miqueas 5: 2

Siendo alguien quien nació en una pequeña ciudad en medio de una de las pequeñas naciones centroamericanas, me siento identificada con este pasaje. Me identifico con esta porción de la historia del nacimiento de Cristo sobre todo cuando pienso en mi tierra natal de la forma que la misma era en el pasado, cuando yo crecía allí. En aquel entonces, mi patria chica era más bien un pueblo adormilado en el cual no mucho acontecía. Era el tipo de lugar tranquilo, en el cual todos conocían el nombre de todos. Solo había que mencionar un apellido y ya se sabía exactamente no solo la familia sino el domicilio de los miembros de la misma. Salvo unas cuantas festividades al año, mi pueblo de origen era el lugar ideal para vivir una vida sencilla, en medio de la paz que trae consigo el anonimato.

Hoy, sin embargo, la historia es completamente distinta. Mi terruño está sorprendiendo a la nación entera, sobrepasando las expectativas de todos y convirtiéndose en centro de operaciones comerciales y de comunicación. Grandes cosas suceden hoy en el que un día fue un lugar más bien insignificante en el gran marco universal. Igual que Belén…el pequeñito pueblo de Belén…el insignificante Belén, del cual nadie nunca pensó nada bueno podría surgir, se convirtió en el lugar escogido por Dios para que fuera el escenario donde el acontecimiento más transcendental de la humanidad sucediera: la cuna del Dios Encarnado.

¿No es esta acaso otra muestra de cómo El Todopoderoso utiliza lo ordinario, lo que el mundo no valora, para desenvolver lo más profundamente extraordinario y valioso?

Belén, La Casa del Pan, convertido por el plan de Dios en la casa que vio nacer al mismo Pan de Vida! (Juan 6: 35) ¡Perfectamente maravilloso!

Cuando nadie prestaba atención, cuando el mundo entero dormía excepto por un grupo de solitarios y desposeídos pastores quienes cuidaban a sus ovejas en los campos adyacentes, el pueblo natal del Rey David se convirtió en el pueblo natal del Rey de Reyes!

Es el gran giro divino, tal y como Nuestro Dios gusta de realizarlos: El Señor de los Señores encuentra su cuna entre los desvalidos.

Grandes milagros suceden cuando y donde menos nos los imaginamos. 

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