martes, 10 de noviembre de 2015

El Amor lo Supera Todo



Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. 
Juan 16: 33.



Este es el versículo de la Biblia que a menudo me llega a la mente en los alrededores de nuestro aniversario de boda.

Cuando mi esposo Dan y yo nos casamos, creo que no muchos se imaginaban que íbamos a durar mucho. Estoy casi segura que nuestros padres probablemente no lo creyeron. Ver a sus hijos casarse con una persona de una cultura diferente debió haberles parecido absurdo y debió haberles preocupado inmensamente. Me imagino como para ellos los obstáculos de la distancia, el idioma, las diferencias del trasfondo cultural constituían barreras que parecían demasiado difíciles de superar. Tanto mis padres como los padres de Dan habían estado casados por varias décadas en aquél entonces y ellos sabían perfectamente lo duro que es hacer funcionar un matrimonio de por sí, sin tener que añadir diferencias extras. Así que estoy segura que en medio de la celebración, sus mentes divagaban por los senderos del “que será”? Por supuesto, Dan y yo no veíamos ningún problema. Nosotros no pensábamos en los desafíos. Pensábamos que el amor lo conquistaría todo, lo superaría todo, lo vencería todo.

El matrimonio me ha enseñado, sin embargo, que el hecho de que nos amamos y que nuestro amor es sincero no significa que no tenemos ningún problema. Lo que significa es que una vez que llegan los problemas, los mismos nos sacuden, pero no nos rompen. Esto sólo es posible si ese amor está fundamentado en Dios. Las sacudidas que la vida nos da no nos romperán ni nos tumbarán porque nos encontramos establecidos en la tierra firme, en la Roca de nuestra salvación...en Nuestro Señor Jesucristo. Él ha vencido al mundo, y como nosotros lo invitamos a nuestro matrimonio, nos convierte en vencedores que pueden soportar las tormentas, los incendios y las montañas de la vida.

El conocimiento de esta verdad nos da su paz, la paz que trasciende las circunstancias y nos permite continuar con ánimo y empeño.

Mis padres no están aquí más para ver y apreciar cómo hemos superado muchas de las barreras que ellos temían que existían entre nosotros; pero confío en que un día podré contarles la historia de cómo el amor sí lo conquistó todo.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Las Tareas Difíciles del Amor



He escuchado a mi Pastor decir infinidad de veces que el amor no son las mariposas en el estómago, ni las palpitaciones aceleradas que sentimos cuando estamos enamorados. El amor es compromiso, entrega y sacrificio.

Sé que mi marido es el hombre que Dios diseñó para mí, pero los sentimientos cálidos y losrevoloteos en el pecho se me pasan rápidamente para convertirse en frustración cada vez que él hace una de esas cosas que él hace que me vuelven loca! Es lo mismo con mis hijos. Los amo más de lo que amo a mí propia vida, pero en ocasiones me sacan de quicio! Los tres de ellos a menudo se quejan de que soy demasiado dura. Pero mi falta de paciencia con ellos no significa que no los amo. Los amo ahora y los amaré siempre porque el amor es más que un sentimiento. El verdadero amor, el amor bíblico, el único tipo de amor real, no es una emoción. El amor bíblico es el compromiso y sacrificio.

Se han escrito volúmenes sobre el amor. Se pueden llenar bibliotecas con todos los libros que existen sobre este tema. No hay nada más que pudiera posiblemente contribuir a la discusión. Sin embargo, esta mañana me desperté pensando en los retos del amor. A veces el amor nos obliga a hacer lo que es difícil. Pero es el amor precisamente lo que nos debe mover a realizar las tareas difíciles del amor.

Por ejemplo, los hijos de los vecinos no me preocupan tanto. A la hora de actuar, no me siento tan motivada en reprender o corregir a los hijos del vecino. Pero cuando se trata de los míos, pues ni hablar. No es que tenga nada contra los hijos del vecino, pero la realidad es que amo a mis hijos más de lo que amo a los hijos de mi vecino. Ellos no me pertenecen. Ellos no son míos. Yo no tengo un compromiso con ellos de la misma manera en que estoy comprometida con mis propios hijos. Es lo mismo con el amor que Dios expresa hacia sus propios hijos, -Él está comprometido con aquellos que le pertenecen-. Él está tan comprometido con nosotros que Él está dispuesto a hacer la más difícil de las cosas. Él está tan comprometido con los suyos que Él está dispuesto a sacrificar su todo.

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16

Fue por amor que Dios mismo se convirtió en el Dios encarnado, caminó el camino al Gólgota y permitió que su cuerpo fuera perforado. Fue a causa de su compromiso con nosotros, que ha dado el último sacrificio para que pudiéramos vivir en abundancia. Y como el amor es lo que mueve a Dios a hacer su voluntad…a hacer las tareas difíciles del amor, es asimismo que el amor nos debe mover a nosotros también.

La próxima vez que mi marido y los niños se quejen de que estoy siendo demasiado dura voy a recordarles que todo es por amor:)