martes, 2 de febrero de 2016
Antes de pasar a los siguientes pasajes de Filipenses 4, me gustaría volver a visitar una porción de los versos anteriores una vez más ... y tiene que ver con las lecciones fundamentales que he aprendido sobre la importancia de la oración en la lucha para lograr una vida libre de ansiedad y llena de paz.
Consideremos las siguientes Escrituras:
Colosenses 4: 2, ". Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias"
y
2 Pedro 1: 3-4, "Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia."
En momentos cuando la ansiedad comienza a elevarse en mi corazón, necesito recordar lo que dice la Palabra de Dios para no sucumbir a las oraciones de pánico. Esta lectura me da una técnica, una táctica o un antídoto si se quiere, que me debe evitar caer en tales peticiones llenas de ansiedad: permanecer en una actitud de agradecimiento.
No hay necesidad de estar ansioso una vez que nos damos cuenta de que Él ya nos ha dado todo lo que necesitamos. Cristo ya se ha hecho cargo de todas nuestras necesidades ... por lo tanto, nuestro trabajo es dedicarnos a la comunicación constante con Él, manteniéndonos alerta para evitar tropezar y resbalar con los trucos del enemigo quién siempre intenta descarrilarnos de nuestro camino hacia Dios. En tal comunicación, hemos de ofrecer nuestra acción de gracias por la victoria que sabemos que ya tenemos.
Incluso si nuestras circunstancias actuales no parecen ser victoriosas a los ojos del mundo, sino que al contrario parecen gritar derrota, dolor, sufrimiento y desilusión ... la promesa es que es sólo por un corto tiempo. (1 Pedro 1: 6) Muy pronto llegará un día en que no habrá más lágrimas, ni más dolor ni más miedo! (Apocalipsis 21: 4)
Es por eso que, en aquellos momentos en los que los escalofríos del miedo aprietan la parte inferior de nuestra columna vertebral ... en lugar de recurrir a oraciones inducidas por el pánico lo que debemos recordar es esta verdad,
No se inquieten por nada, sino en todas las situaciones, por oración y ruego, con acción de gracias, presenten sus peticiones a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4: 6-7
Demos gracias por las respuestas que ya se encuentran en camino y descansemos en la paz de Su conocimiento y de Su presencia. ¡Confiemos en Él!
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