miércoles, 13 de abril de 2016

Confío en Aquél Quien me Conoce



Una parte importante de confiar en alguien es conocer sus acciones pasadas. Dichas acciones pasadas pueden constituir una prueba de qué tan realmente fiable esa persona realmente es. Al conocer lo que han hecho en el pasado podemos anticipar, con un significativo alto grado de certeza, lo que van a hacer en el futuro. Es por eso que es más fácil confiar en un viejo amigo que en alguien a quién acabamos de conocer.

Nosotros, con suerte, todos tenemos una persona especial o alguien a quien vamos cada vez que estamos en gran necesidad de asesoramiento, orientación, apoyo, compañía, un hombro para llorar, etc., etc., etc. Vamos a ellos porque han estado allí antes y tenemos un sentido bien desarrollado de su fiabilidad. Hemos tenido una relación con ellos, y sobre la base firme de esa relación, la confianza se ha construido.

Así es también con Dios. Nuestra confianza en Dios se desarrolla, crece y se solidifica ... porque lo conocemos ... porque tenemos una relación con él. Cuanto más le conocemos y cuanto más tiempo caminamos con Él, más íntima nuestra relación se hace. Al igual que un viejo y buen amigo, mientras más le conocemos, más confiamos en él porque sabemos que Él es fiel:

En aquel día se dirá: "Sin duda, este es nuestro Dios,. Le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová, a quien hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación." Isaías 25: 9

Él es ese "viejo amigo." Él es el más antiguo de los amigos que hemos conocido desde antes de que fuimos formados. A medida que la ansiedad y el miedo comienza a acumularse en nuestros corazones, recordemos nuestra relación con él. Recordemos cómo Él es ese amigo que siempre ha estado ahí para nosotros, independientemente de la forma en que lo hemos tratado. Él es el amigo que siempre se puede llamar, sin importar la hora del día o circunstancia. Él es nuestro amigo más confiable ya que recordamos sus promesas y vemos que todas son verdad!

Nuestra confianza, sin embargo, no sólo viene del hecho de que nosotros le conocemos. En última instancia, nuestra confianza se basa realmente en el hecho de que Él nos conoce a nosotros. Es precisamente porque tenemos un Dios que nos conoce y nos busca hasta el punto de convertirse en hombre con el fin de venir y caminar entre nosotros y morir por nosotros, que nos damos cuenta de cuan profundo, de cuan ancho y alto y largo es su amor por nosotros (Efesios 3: 18). A un nivel muy personal e íntimo ... Él nos conoce ... Él conoce a cada uno de nosotros a un nivel tan profundo que nunca tendríamos o encontraríamos a nadie más que nos conozca de esa manera nunca:

Me has buscado, Señor,
y me conoces.
Usted sabe cuándo me siento y cuándo me levanto;
se percibe desde lejos mis pensamientos.
Usted escudriñado mi andar y mi reposo;
está familiarizado con todos mis caminos. Salmo 139: 1-3


Por eso no tenemos miedo. El que nos creó y nos conoce, nos ama y nos redime:


Pero ahora, esto es lo que el Señor dice-
el que te creó, Jacob,
el que te formó, Israel:
"No temas, porque yo te he redimido;
Yo te he llamado por tu nombre; eres mía.
Cuando pases por las aguas,
Estaré contigo;
y cuando se pasa a través de los ríos,
no te cubrirán.
Cuando pases por el fuego,
que no te quemarás;
las llamas no le prendieron fuego.
Porque yo soy el Señor tu Dios,
el Santo de Israel, tu Salvador; Isaías 43: 1-3a

Porque sé que ya me conoce, puedo enfrentar lo que la vida me pone en el camino. Por lo tanto, en lugar de miedo elijo la confianza y la alabanza!

Alabado sea el Señor, mi alma;
todo mi ser alabe su santo nombre.
Alabado sea el Señor, mi alma,
y no olvidar ninguno de sus beneficios
que perdona todos tus pecados
y cura todas tus enfermedades,
él rescata tu vida de la fosa
y te corona de amor y compasión,
que satisface sus deseos con cosas buenas
para que su juventud se renueva como el águila. Salmo 103: 1-5